viernes, 15 de mayo de 2009

El Sol está de vacaciones!

El ciclo de manchas solares se comporta un poco como el mercado de valores. Justo cuando crees que ha tocado fondo, baja aún más.
2008 fue el principio. No se observaron manchas solares en 266 de los 366 días del año (73 por ciento). Para encontrar un año con más blancos solares, tienes que volver a 1913, donde hubo 311 días sin manchas solares. Empujados por estas cifras, algunos observadores sugirieron que el ciclo solar había tocado fondo en 2008.
Tal vez no. Las cuentas de manchas solares para 2009 han caído aún más. A fecha del 31 de marzo no ha habido manchas solares en 78 de los 90 días del año (87 por ciento).


Los años “más blancos” del siglo pasado. Las barras verticales de este histograma representa el número de días en cada año que el Sol tuvo blancos — es decir que no tuvo manchas solares. Crédito: Tony Phillips



Las calmas solares llegan cada 11 años aproximadamente. Es parte natural del ciclo de manchas solares, descubierto por el astrónomo alemán Heinrich Schwabe a mediados del siglo XIX. Las manchas solares son islas de magnetismo del tamaño de planetas en la superficie del Sol, y son fuentes de llamaradas solares, eyecciones de masa coronal, e intensa radiación UV. Haciendo un gráfico con las cuentas de manchas solares, Schwabe vio que los picos de de actividad solar son seguidos de valles de calma relativa — un patrón regular que se ha mantenido como cierto durante más de 200 años.
Esto nos lleva a una ineludible conclusión: “Estamos experimentando un profundo mínimo solar”, dice el físico solar Dean Pesnell del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland.
“Este es el Sol más tranquilo que hemos visto en caso un siglo”, concuerda el pronosticador solar David Hathaway del Centro de Vuelo Espacial Marshall de la NASA en Huntsville, Alabama.
El actual mínimo solar es parte del patrón. De hecho, concuerda en la fecha. ¿Pero se supone que debe estar tan tranquilo?
Las medidas realizadas por la nave Ulises revela una caída del 20 por ciento en la presión del viento solar desde mediados de la década de 1990 — el punto más bajo desde que comenzaron tales medidas en la década de 1960. El viento solar ayuda a mantener a los ratos cósmicos galácticos fuera del sistema solar interior. Con en viento solar bajo, penetran más rayos cósmicos en el Sistema Solar, lo que da como resultado un mayor peligro para los astronautas. Un viento solar más débil también indica menos tormentas geomagnéticas y auroras en la Tierra.
Cuidadosas medidas tomadas por distintas naves de la NASA también han demostrado que el brillo del Sol se ha atenuado un 0,02 por ciento en las longitudes de onda visibles y un asombroso 6 por ciento en las longitudes de onda UV desde el mínimo solar desde 1996. Estos cambios no son suficientes para invertir el calentamiento global, pero existen otros notables efectos colaterales.


La Cámara Doppler Michelson Doppler a bordo de SOHO captó esta imagen de luz blanca en el continuo del Sol sin manchas el 31 de marzo de 2009. Crédito: SOHO, NASA/ESA.



La atmósfera superior de la Tierra se calienta menos por el Sol y, por tanto, se “hincha” menos. Los satélites que orbitan la Tierra experimentan menos arrastre atmosférico, extendiendo su tiempo de vida operativo. Esas son buenas noticias. Por desgracia, la basura espacial también permanece en órbita más tiempo, suponiendo una mayor amenaza para los satélites útiles.
Finalmente, los radiotelescopios están registrando la “radio solar” más tenue desde 1955. Después de la Segunda Guerra Mundial, los astrónomos comenzaron a mantener registros del brillo del Sol en longitudes de onda de radio, particularmente en 10,7 cm. Algunos investigadores creen que la atenuación de las emisiones de radio durante este mínimo solar es una indicación de la debilidad del campo magnético del Sol. Nadie lo sabe a ciencia cierta, no obstante, debido a que la fuente de estas emisiones de radio monitorizadas desde hace tiempo no se comprende por completo.
Todos estos mínimos han encendido un debate sobre si el actual mínimo es extremo o sólo una corrección del mercado tras una cadena de inusuales máximos solares intensos.
“Desde que comenzó la Era Espacial en la década de 1950, la actividad solar ha sido normalmente alta”, apunta Hathaway. “Cinco de los diez ciclos solares más intensos registrados ha tenido lugar en los últimos 50 años. No estamos acostumbrados a este tipo de profunda calma”.
Esta calma profunda era mucho más común hace cien años. Los mínimos solares de 1901 y 1913, por ejemplo, fueron incluso más largos de lo que actualmente experimentamos. Para igualar a estos mínimos en profundidad y longevidad, el actual mínimo tendría que durar al menos otro año.


El ciclo de manchas solares desde 1995 a la actualidad. La curva con picos sigue la cuenta real de manchas solares. Las curvas lisas son ajustes a los datos y una predicción de un pronosticador de la actividad futura. Crédito: David Hathaway, NASA/MSFC



En cierta forma, la calma es apasionante, dice Pesnell. “Por primera vez en la historia, vamos a lograr observar un mínimo solar profundo”. Una flotilla de naves – incluyendo el Observatorio Heliosférico y Solar (SOHO), las sondas gemelas del Observatorio de Relaciones Terrestres y Solares (STEREO), y otros satélites — están estudiando el Sol y sus efectos sobre la Tierra. Usando la tecnología actual que no había hace 100 años, los científicos miden los vientos solares, rayos cósmicos, irradiación y campos magnéticos y encontrar que el mínimo solar es mucho más interesante de lo que nadie había esperado.
La tecnología moderna no puede, sin embargo, predecir lo que sucederá. Hay docenas de modelos en competición sobre desacuerdos en la física solar, a veces muy profundamente, sobre cuándo terminará este mínimo solar y cómo de grande será el próximo máximo solar. La gran incertidumbre surge de un simple hecho: No se comprende por completo la física subyacente al ciclo de manchas solares.
Pesnell cree que el recuento de manchas solares aumentará pronto, “posiblemente para final de año”, seguido de un máximo solar de intensidad por debajo de la media en 2012 o 2013.
Fuente: Ciencia Kanija